La vida no espera, solo fluye conforme a una corriente imponente que no está regida sino por un grupo de humanos que quizá no conocemos. No he de decir que la desgracia recae solo en sus manos, pero si en contaminar las nuestras con el fruto de nuestra ignorancia que no pesa. En cambio si hemos de ser los afortunados en tomar la sabiduría en nuestras mentes, tenemos una deuda con todos aquellos a los que se las ha ocultado como una pantalla. Sí, ser el cambio no es nada fácil, es un cargo pesado con el que solo algunos privilegiados pueden ser capaces de emprender camino; pero cuando estás sobre él muchas dificultades llegan hacia ti y cuando creíste que tenías todo dominado, la verdad es, que nada se puede dominar.
Las personas más poderosas de este planeta, las que valen más – y con esto me refiero al poder económico que tienen puesto que esta es la medida calculada por los hombres para juzgar a los hombre – son las que controlan la ignorancia de cada uno de nosotros. Ubican ciertas características importantes que calman al hombre y se enfocan en ellas para controlar a las masas. Nosotros, por supuesto, entramos en ese juego de autodestrucción y vemos realizado lo que es nuestro sueño desde una butaca segura en un escenario seguro y superfluo.
Sí, las mentes más brillantes en el mundo no son los humanistas que nos han hecho estudiar ( si alguna vez realmente lo hicimos ), son los científicos que buscan una explicación de como controlar a las masas, en cambio, a los que sí son dignos exponentes de una verdad peligrosa han sido oprimidos sin límite alguno. Todos los daños creíbles por las masas que se pueden generar a las grandes fuerzas son inútiles en este sentido porque nosotros mismos las despreciamos y no conocemos realmente, puesto que no es sabiduría para la ignorancia, sino para el hombre.
No somos más que marionetas que intentan buscar, vendados, un sentido a la vida que realmente no tenemos, y sin embargo sí tenemos. Intentamos encontrarlo entre el estado dionisíaco, nosotros, los jóvenes, hemos perdido la esperanza de crear algo mejor y nos resignamos a ocupar el lugar que nos pertenece por nuestra cultura, ideas, sin cuestionarnos si ese lugar realmente nos pertenece. Hemos agachado la cabeza con movimientos de ideologías que ni siquiera conocemos, hemos perdido el sentido de la información, de la sabiduría y conciencia, de la no ignorancia, hasta cambiar eso, nosotros mismos no habrá mundo más justo ( en el futuro ) que no sea en el que estamos viviendo.
Empecemos con la información y avancemos todos juntos. Tomemos nuestra propia iniciativa y hagámosla valer, porque nosotros somos el futuro, ese abundante peso que recae sobre nosotros, no lo abandonemos. Se necesita valentía para tomar un paso adelante y promover la igualdad de géneros, de etnias, de razas, del ser humano. Formemos historia.
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